miércoles, 13 de marzo de 2013

Santiago de Chile. "Un lugar en el mundo" por Julio-César Ibarra

PASAJE MATTE. Gentileza de Othon2011

GALERÍA JUAN ESTEBAN MONTER  Gentileza de Othon2011.

GALERIA ASTOR
Gentileza de Othon 2011



En esta ciudad ocurren a diario, los acontecimientos más cotidianos y al mismo tiempo insólitos. Lo interesante, es que Santiago es igual a Paris o San Francisco, no hay diferencia desde el punto de vista sociológico o antropológico, mas si lo hay desde el punto de vista humano, aquí vivimos "nosotros", en esta parte del mundo nos jugamos la oportunidad de hacer con nuestras vidas algo que tenga sentido.

Los profesores de Literatura cuentan en la Universidad que Julio Cortázar, el escritor argentino, que vivió una buena parte de su vida en Francia y que murió en Paris, en sus obras describe las calles de Buenos Aires, pero con nombres de calles francesas, para quien conoce Buenos Aires y Paris, encontrará que no hay grandes diferencias. La diferencia se encuentra en el mundo que Cortázar creó para "nosotros", sus lectores. En su libro "Todos los fuegos el fuego" hay un cuento que se llama "El otro cielo", cuando leo este cuento ambientado entre París y Buenos Aires, dejando escurrir entre las páginas esa superposición de tiempos y espacios que gustaba tanto a su autor, me veo caminando por los pasajes del centro de Santiago, el Pasaje Matte, lleno de oficinas, en donde hombres y mujeres ejercen los más diversos oficios en pos del "ganarse la vida", es en esta cotidianeidad en donde ejercen su rol los deseos y las fantasías, la mía es la de un observador, un fotógrafo, un reportero que busca retazos de vida, especímenes existenciales que en un segundo son capaces de mostrar el sentido de la trascendencia. Ello, porque para mí es muy triste pensar que estamos aquí sólo para comer, dormir, practicar el sexo, que estos miles de personas que transitan todos los días por estos pasajes escondidos de la lluvia y el sol, caminan del día a la noche para pasar el tiempo.

El tiempo, que se condensa en un minuto o que se alarga incansablemente hasta el límite de lo desconocido, cuando tomo conciencia de esto, me pregunto cuánto tiempo más, cuánto tiempo tengo y qué puedo hacer con él, ¿bastaría que me quedara sentado esperando que las cosas ocurrieran? ¿ o debo levantarme y caminar como si fuese a algún lugar?

Los pasajes techados siempre me han atraído porque parecen el camino hacia una ciudad secreta, escondida en el corazón de la urbe, una especie de Shambalá, la ciudad del poder oculto, de la cual salen senderos desconocidos que llevan al peregrino a cualquier rincón del mundo para desarrollar el conocimiento alcanzado en las entrañas de la escuela oscura. Pese a ello, necesito salir a la luz del sol, mojarme bajo la lluvia o exponerme a los rayos ultravioletas, necesito respirar como si fuera un hombre libre, como si el destino de mi vida estuviese en mis manos, como si bastara que yo deseara algo intensamente para que se cumpliera, como si yo fuera un continente entero que se bastase a sí mismo. Mas esta relación entre el sol y la oscuridad me dice que no estoy solo, que más allá de mis fronteras hay una otra que me complementa, que me necesita, que me busca para entregarme su amor y su bondad, como yo la busco a ella para entregarme entero, fecundarla y hacer nacer dentro de ella una nueva vida, una vida en la cual ambos hemos vertido nuestros ríos profundos, alimentados de animales antiguos y millares de vidas que se bañaron en el mismo río... espíritus que habitaron en las ciudades más distantes de ésta, seguramente en continentes desconocidos para nosotros. 

Al final, pareciera que sólo estamos viviendo en uno de los mundos, dentro de los muchos mundos que coexisten en esta constelación de vidas que llamamos humanidad... otro hombre, estará sentado en su computador escribiendo esta misma historia, hablando de su ciudad, sólo que lo hará en rumano o en irish...

Pensar tanto me da hambre, así que camino en dirección al  "El Rápido" o al "Dos y Dos", en el  enfrente del Palacio de Justicia, a la salida oriental del Pasaje Edwards a comer un rico 'Caldo Mayo' que es un caldo  de tomate oscuro con un huevo que se cuece con lo caliente de la sopa, acompañado de dos pequeñas 'Empanaditas de Queso' fritas. Elijo el "Dos y Dos"  porque en el "El Rápido" hay sólo muchachos jóvenes que no entienden las necesidades de un hombres de 53 años como yo.

Yo venía con mi padre, el cual trabajaba en el antiguo edificio del diario "El Mercurio", que estaba muy cerca en Morandé con Compañía, Ir a este local me hace recordarlo, él siempre tenía el tiempo justo, pero se hacía el un espació para mí, uno entraba al local y los muchachos de ese entonces le gritaban -"¿¡dos de queso!?" o el famoso "¿¡ dos y dos!? (dos empanadas de queso y dos empanadas de pino, ambas fritas) más que preguntas eran una afirmación y te ponían rápidamente un plato con empanadas, haciendo sentir que el tiempo valía oro.

Elegí el "Dos y Dos" porque la mayoría de los 'meseros' que atienden allí son exiliados de "El Rápido", al irse se llevaron la historia de la marca. Y ahora los recuerdos de mi padre están aquí.

La historia del Pasaje Matte es significativa, surgió en una propiedad del Presidente de la República Manuel Bulnes, quien era dueño de una manzana al sur de la Plaza de Armas. Bulnes encargó al arquitecto francés Claude Francois Brunet des Baines la creación de este nuevo concepto de infraestructura comercial. Fue inaugurado en 1852, pero tiempo después, el pasaje de 56 locales fue adquirido por el banquero Domingo Matte. En 1932 fue contratado el arquitecto Jorge Arteaga para rediseñar el recinto. En 1954 y producto de un incendio, hubo otra reconstrucción, a cargo del arquitecto Alberto Cruz Eyzaguirre. Hoy, la multitienda Ripley ocupa un quinto del pasaje, cambiando su fisonomía y dividiéndolo en dos sectores.

Es tarde ya, me despido de los portales del centro de Santiago, hasta otro día será.  ¡Hasta pronto!
Lentamente y sonriendo, camino por la calle Merced hacia el oriente, recitando en mi mente un antiguo poema de marineros..

3 comentarios:

Mario dijo...

Hace rato que tengo ganas de viajar a Chile, y por eso estaba planificando mi próximo viaje por esos pagos. Si bien el ultimo año, tuve un viaje increíble al conseguir Pasajes a Paris, este año quiero quedarme por el continente, y por eso Chile es una buena opción

Unknown dijo...

Me ha gustado la crónica, y recordar a mi papá, en esta historia, bonitos recuerdos de tiempos antaños.

Unknown dijo...

Me ha gustado la crónica, y recordar a mi papá, en esta historia, bonitos recuerdos de tiempos antaños.